Pacho
Una vez silenciados los sonidos mortales de los fusiles, la fiebre por el ciclismo inundó La Provincia de Rionegro. Despertó en sus habitantes la pasión por un deporte que sinónimo de cohesión social, alegría y emoción.
Una vez silenciados los sonidos mortales de los fusiles, la fiebre por el ciclismo inundó La Provincia de Rionegro. Despertó en sus habitantes la pasión por un deporte que sinónimo de cohesión social, alegría y emoción.
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